sábado, 3 de mayo de 2014

Me he enamorado...

Pues sí, me he enamorado. Se llama Philip, tiene 33 años, es alto, rubio, ojos verdes, tiene un cuerpo de escándalo...  Y es una fiera en la cama ;) El otro día le saqué esta foto mientras dormía.


Y aquí os dejo otra foto sonriente y mirando a cámara:



¿A que es guapo? Vale, vale, me habéis pillado. Es un actor... Le he descubierto en la serie "Crusoe".  Se llama Philip Winchester (como el rifle), y está como un tren.
Pero soy voluble, porque ha sustituido a mi anterior amor, Henry Cavill, 31 años, inglés, alto, moreno, ojos azules, y un cuerpo para comérselo entero...



A este le descubrí en la película "El hombre de acero", haciendo de un Supermán superatractivo. Mi amor por él me duró un mes más o menos, después de verme casi todas sus películas. Pero me ha dejado un dulce recuerdo.

Y es que desde la última vez que me rompieran el corazón y me doliera tanto tanto, he decidido enamorarme solo de actores. Ellos no me hacen daño. Y solo me dejan buenos recuerdos.

Lo cierto es que estos enamoramientos actoriles no son algo reciente, sino que me suceden desde niña. aunque de niña y adolescente parece más "normal"... Estos son algunos de mis enamorados pasados (de mayor a menor antiguedad):

Robert Redford




Paul Newman




Jeff Goldblum:




Jude Law:




Y alguno más del que ahora no me acuerdo. Si no lo recuerdo, es que no me daría muy fuerte. Como podéis observar, no tengo un prototipo de hombre. Me gustan de todo tipo. Rubios y morenos. Ojos claros y oscuros. Bellezas clásicas y exóticas. De lo que no cabe duda es de que tengo buen gusto, ¿o no? Y de que me gusta más fantasear que vivir la dura realidad.

A la conclusión a la que llego después de analizar este hecho, es que soy como Gustavo Adolfo Bécquer cuando en su Rima número XI dice:

Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible;
no puedo amarte. “¡Oh, ven; ven tú!” 

Despreciando a las mujeres reales de carne y hueso... Las que hacen sufrir...