viernes, 11 de octubre de 2013

Días gris humo



Y ya llegaron los días gris humo, las mañanas con niebla, las noches de tormenta desvelada, que hay que soportar a pelo y sin anestesia, apretando los dientes, mordiendo la almohada, gritando al techo cuando ya no se puede aguantar más, sin una mano cerca donde clavar las uñas. Porque ya no hay más, no hay otra opción, lo de antes ya no vale, hay que zambullirse en el dolor de lleno y flotar sin flotador.
Aunque la cuenta bancaria se sonroje como una adolescente, aunque los amigos pongan pies en polvorosa, aunque la familia sea inexistente. Sea como sea, el mal parto hay que sufrirlo sin epidural, la quemadura soportarla sin una mísera pasta dentífrica.
Porque los días azules volverán, el banco dejará de sangrar, los amigos regresarán, la quemadura sanará, la tormenta amainará, la travesía por el desierto acabará y podré volver a respirar hondo mirando a lo lejos...


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